En Dharma Rides, el Óctuple Sendero del Dharma es una guía esencial que se refleja en cada uno de nuestros recorridos. Este sendero, que abarca la visión correcta, la intención correcta, el habla correcta, la acción correcta, el modo de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención plena correcta y la concentración correcta, está en el corazón de lo que buscamos ofrecer a cada participante.

A través del esfuerzo físico en cada ruta, Dharma Rides no solo desafía a sus ciclistas en lo físico, sino que también los invita a una transformación y enriquecimiento espiritual. Esto se alinea con la "intención correcta" y el "esfuerzo correcto" del Óctuple Sendero, donde cada pedaleada se convierte en una expresión consciente de nuestro propósito de crecimiento personal.

El enfoque en la transformación del viaje espiritual resuena con el "camino correcto", que implica vivir de manera ética y en armonía con principios más elevados. Para nosotros, cada recorrido es una oportunidad para practicar la "atención plena correcta" y la "concentración correcta", donde nuestros ciclistas se conectan tanto con el entorno natural como con su propio ser interior.

Dharma Rides no es solo una aventura física; es una forma de vivir el Óctuple Sendero en movimiento. A través de cada desafío, buscamos no solo fortalecer el cuerpo, sino también nutrir el espíritu, guiando a nuestros participantes hacia un estado de equilibrio y armonía en sus vidas. 

Soy Diego Ardaiz, y mi vida ha sido una constante búsqueda de superación y crecimiento personal a través del deporte. Como profesor de educación física y coach ontológico, siempre he creído que el deporte no solo fortalece el cuerpo, sino que también transforma vidas, despertando el verdadero potencial de cada persona.

He tenido el privilegio de participar en más de 300 carreras de triatlón, aventura y maratones alrededor del mundo, incluyendo 25 Ironman en destinos icónicos como Hawaii, Lanzarote y Cozumel. Cada una de estas experiencias no solo ha puesto a prueba mi resistencia física, sino que también me ha permitido crecer y conectarme a un nivel más profundo conmigo mismo.

Además de mi carrera deportiva, me he formado como coach ontológico profesional, donde he encontrado una manera de guiar a otros en su viaje de autodescubrimiento y crecimiento. Como reikista, valoro un enfoque holístico que integra cuerpo, mente y espíritu en armonía.

Lo que más me enorgullece es ser padre de Lucía, quien me inspira a diario. A través de mi ejemplo, trato de enseñarle que la verdadera fuerza no solo reside en el cuerpo, sino en el corazón y en el espíritu.

Como fundador de Dharma Rides, comparto mi visión de que cada recorrido es más que un desafío físico; es una oportunidad para transformar el cuerpo y el alma. También me dedico a inspirar a otros a través de charlas motivacionales, ayudándolos a descubrir su verdadero potencial y a vivir con propósito.